sábado, 12 de marzo de 2011

Relevaron a la cúpula de un penal por torturas, robos y corrupción



El Ministerio de Justicia y Seguridad Bonaerense desafectó a los jefes vinculados a la administración del delito en la cárcel. También clausuraron el pabellón 12 donde 55 presos se turnaban para dormir rodeados de materia fecal.
La investigación que publicó Tiempo Argentino sobre el entramado de corrupción que reinaba dentro de la Unidad Nº 48 de San Martín provocó un fuerte cimbronazo en la estructura del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y ayer las autoridades del penal fueron removidas de sus cargos por decisión del Ministerio de Justicia y Seguridad provincial.

La historia comenzó con la edición dominical de este diario y continuó el jueves pasado, cuando los miembros del Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria, junto a profesionales del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), inspeccionaron el pabellón Nº 12 de la cárcel, más conocido por los internos como “El depósito”, y se toparon con una realidad lamentable.

Según el informe, al que Tiempo tuvo acceso en forma exclusiva, el estado de las celdas de ese pabellón era “deplorable”. “Los inodoros se encontraban tapados, a punto de rebalsar de agua y materia fecal, lo cual obligaba a los detenidos a hacer sus necesidades en botellas, el olor era irrespirable”, describe la denuncia, presentada ante el Juzgado de Ejecución Nº 1 de San Martín.

Además, los internos dijeron que por la superpoblación –en un lugar para 32 personas, había 55– debían turnarse para dormir y que las autoridades del penal no les proveían los botellones de agua potable para consumo personal.


Hay que destacar que el agua corriente de la Unidad Nº 48 no es apta para el consumo humano porque la cárcel fue construida sobre el predio del CEAMSE. Está comprobado que su ingesta provocó en los presos distintas afecciones dermatológicas y gástricas.

Los detenidos también denunciaron al SPB por malos tratos y torturas. De los 50 muchachos que se animaron a declarar, 25 tenían heridas producidas por golpes y en diez de ellos, las lesiones eran gravísimas.

Tras inspeccionar el pabellón, los integrantes del CELS y el Comité Contra la Tortura se comunicaron con el Ministerio de Justicia y Seguridad provincial y César Albarracín, subsecretario de Política Criminal de la cartera a cargo de Ricardo Casal, dispuso la inmediata clausura del área. Además, de acuerdo a la Resolución Nº 1074, que lleva la firma de Javier Mendoza, jefe del SPB, Albarracín ordenó que Miguel Ángel Colombo, jefe del Complejo Penitenciario Conurbano Norte, Raúl Galeano, director de la Unidad Nº 48, Edgardo Gumarelli, jefe de Vigilancia y tratamiento, y los encargados del pabellón Nº 12, Leonel Mosquella Rodríguez y Julio César Saracho, fueran desplazados de su cargo. En lugar de Colombo y Galeano, fueron designados Facundo Pereira y Jorge Zamudio, respectivamente.

La nota de este diario denunció el entramado de un sistema corrupto, que administraba la violencia puertas adentro en beneficio de una caja recaudatoria tan oscura como millonaria. Un mecanismo que abarcaba desde la venta de drogas hasta el permiso que tenían algunos internos para salir del penal para robar autos y luego desguazarlos en los talleres de la misma cárcel. Lo grotesco era que los presos salían vestidos como agentes a “levantar” los autos que las autoridades penitenciarias elegían según sus necesidades.

El testimonio de Manuel Segovia, uno de los primeros hombres que ingresaron a la unidad, allá por 2007, fue revelador: “El que camina con el SPB tiene todo tipo de beneficios. Pastillas, tarjetas telefónicas, armas y es favorecido con el informe de conducta.” Segovia también reveló como los jefes del penal cobraban por el pase a un pabellón más confortable. Que no era el Nº 12, claro está.

Fuente: http://tiempo.elargentino.com/notas/relevaron-cupula-de-penal-torturas-robos-y-corrupcion

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