Leandro Corti, Juan Lewis, Analia Merlo y el camuflado Antonio Tesolini pareciera que sienten pánico ante el atropello de las tropas que juraron controlar. Las ideas progresistas con las que se valieron para arribar al poder solo quedaron estampadas en burdos papeles, papeles amarillentos que ni siquiera los leen para exigir quienes se dejaron captar por estas promesas de renovaciones y cambios.
En la “Modelo” el represor Miguel Ángel Chialvo, que piensa según sus mismos camaradas: “El preso debe sufrir, porque para eso esta preso”, sigue reprimiendo y cerrando puertas de las áreas de trabajo y recreación culturales bajo el pretexto de medidas de seguridad. Les prohibió a los compañeros que se encuentra en pabellones de máxima conducta que los días de visita puedan a acompañar a sus familiares hasta el portón de salida, siendo que están próximos a recuperar la libertad.
A su vez, cerró las puestas del taller de Ciudad Interna, un espacio que siempre estuvo abierto y hoy nos tienen bajo el rigor de los candados. No deja que participen compañeros que llevan años militando en el mismo, como es el caso de Matías Romero.
Vale recordar que este represor fue el que movilizó las tropas penitenciarias en la unidad de Piñero en contra del poder político. Y también vale preguntarse si no es por eso que estos funcionarios políticos, que más parecen Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, no sienten estupor por ello.
Mientras tanto los distintos "organismos de derechos humanos" que militan en la provincia solo hacen silencio, no salen al cruce ante las penosas situaciones que están viviendo los pibes, no solo en la “Modelo”, sino también en el resto de las prisiones de la región. Sin ir muy lejos en “El Pequeño Vietnam” Unidad Nº 11 de Piñero salen todas las semanas pibes heridos al hospital, y hace una semana este centro de exterminio de pobres de que se vale el Estado opresor se cobró una nueva víctima fatal:
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