(AW) Al estar detenido en la comisaría por robar mandioca de una chacra, Isidro Pared recibió un palazo en la cabeza por parte de los uniformados y falleció, recientemente, después de una larga agonía.
Así lo denunciaron los familiares de Isidro Pared realizaron ante la Fiscalía de Saladas a raíz del crimen del hombre de 55 años, quien fue apresado por la Policía de Mburucuyá, y tras 24 horas de estar detenido fue derivado al Hospital Escuela donde ingresó con un fuerte golpe en la cabeza.
Los familiares aguardan los resultados de la autopsia porque para ellos, y para todo el mundo, las explicaciones de los policías solo encubren un nuevo crimen de estos agentes del Estado.
Existe una gran indignación por parte de los vecinos del Barrio Itatí, de Mburucuyá, ya que los uniformados sancionaron con la pena de muerte a quien, en el caso de haber robado lo hizo, evidentemente, por hambre y desesperación, a la vez que no se halla en ningún código penal de la Argentina la condena a morir por ningún tipo de delito. Como puede apreciarse, sin esfuerzo, Isidro Pared fue asesinado por el crimen de ser pobre. Y aunque tampoco existe Ley que avale esta barbarie es exactamente lo que sucede a lo largo y ancho del país, cada día sin excepción, donde gobiernan los campeones verbales de la defensa de los derechos humanos.
Fuente: Red Provincial de Derechos Humanos
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