11|05|2012
Juan Manuel Casolati, secretario de Ejecución Penal de San Martín, hizo
llegar su denuncia al fiscal de la causa, Dr. Scebba, pidiendo que “se
profundice y amplie la investigación en curso, con el objeto de
investigar el grado de responsabilidad penal que tuvieron a posteriori
las máximas autoridades de la Unidad 46 San Martín en la golpiza que
ocasionara la muerte de Patricio Barros Cisneros”, asesinado a patadas
por penitenciarios el pasado 28 de enero. Casolati consideró que hasta
hoy se soslayó la responsabilidad de esos directivos, quienes “han
intentado encubrir el triste y lamentable hecho, produciendo un informe
falaz y falso, protegiendo a los autores materiales y organizando una
puesta en escena tan descabellada como inmoral”.
Huellas de la lucha
eldiario24.com
Tal como ha ido informando Radio La Cantora, estos
últimos días han registrado importantes avances en la causa que busca
justicia por el asesinato de Patricio Barros Cisneros, privado de su
libertad hacia enero de este año, cuando fuera golpeado hasta la muerte
por agentes penitenciarios de la Unidad 46 de San Martín. El permanente
reclamo de la familia de Patricio logró recientemente el pase a
disponibilidad y la imputación de tres de los oficiales involucrados. A
esto hay que sumar el férreo acompañamiento que ha ofrecido a esta causa
Juan Manuel Casolati, secretario de Ejecución Penal de San Martín,
participando de las inspecciones desde el día mismo del hecho y
presentando todas las denuncias del caso. La última de éstas apunta a
echar luz sobre la responsabilidad de los directivos de la Unidad en el
encubrimiento del hecho. En la misma se hace saber al Fiscal Scebba que
“se avanzó en relación a los autores materiales del homicidio, pero se
soslayo, la actitud que tuvieron los directivos de la unidad,
responsables funcionales de los autores materiales del homicidio de
Patricio Barros Cisnero”.
De esta forma, en su reciente presentación por escrito ante la Fiscalía,
Casolati solicita que “se investigue el encubrimiento y las acciones
desplegadas por las máximas autoridades de la Unidad 46, como asi
también la falsedad de los documentos rubricados y enviados por estos a
distintas reparticiones administrativas y judiciales”. Según se
desprende de los tesimonios recabados entre los testigos del hecho,
detenidos en la Unidad, “está claro que la historia oficial fue
pergeñada por los propios directores, de modo tal que el aval del relato
oficial fue producto de un acuerdo entre los autores materiales del
homicidio de Patricio Barros Cisneros y aquellos. El director y los
subidrectores, han intentado encubrir el triste y lamentable hecho,
produciendo un informe falaz y falso, conteniendo una historia oficial
que llegó a todos los despachos posibles; y desde allí, produjeron
prueba en forma de coartada para deslindar no ya solo sus propias
responsabilidades, sino más bien, las responsabilidades de los
homicidas, amparando el actuar ilegal de estos, protegièndolos y
organizando una puesta en escena tan descabellada como inmoral”.
“La primer noticia que se tiene del lamentable evento es precisamente la
burda historia oficial, rubricada por las autoridades de la Unidad 46,
que si bien dice lo que otros dicen (en este caso los homicidas), lo
cierto es que el relato es inverosímil y ridiculo. ¿Cómo es posible que
las autoridades de la Unidad, formados en cuestiones penitenciarias,
expertos en la materia, con aos de antigüedad en la tarea, pudieran
creer un relato tan increíble?: Un detenido que se suicida solo contra
las rejas”, se pregunta Casolati en su solicitud de imputación a los
directores, partícipes necesarios de una escenografía criminal.
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