Los lectores también escriben |
Si bien vivimos con una gran angustia nuestra situación, de vez en cuando y no muy seguido aparece una persona como usted, que nos hace recordar lo que somos: hombres y mujeres que estamos pagando de sobremanera algún error.
Nos llena de alegría y fuerza saberla por algún pasillo, solitaria y valiente, peleando por que se nos trate como a seres humanos.
Nos enorgullece porque su fuerza y compromiso quiebran toda acción represiva y nos impulsa a reclamar lo justo.
Muchos ven su lucha como un granito de arena en el desierto, para nosotros representa el Aconcagua en toda su grandeza.
Gracias por velar por nosotros y por nuestras familias, que también sufren absoluta e injustamente el maltrato y manoseo por parte de las autoridades.
Le daría miles de ejemplos, pero estas letras son sólo de agradecimiento y para que sepa el efecto positivo que produce en nuestras vidas.
Esta carta la redactamos después de dialogar entre muchos y coincidir en la veracidad de su reclamo que es nuestra bandera de hoy en adelante y para siempre.
Creemos que sólo un ser humilde y de alta sencillez como usted es capaz de plantearle al poder todas sus falencias y abusos.
Esta es una simple carta de agradecimiento, pero lleva un altísimo porcentaje de la población penal.
Jesús le dé fuerza para seguir velando por nosotros, por nuestras madres, esposas, hijos y demás seres queridos.
Disculpe la falta de ortografía… y permítanos decirle que ¡nos tratan menos peor, un poco, después de usted!
Desde el Establecimiento Penitenciario Nº 5, Villa María.
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