miércoles, 11 de mayo de 2011

Libertad a "Toto"

(AW) Sebastián "Toto" Leguizamón es albañil, padre de dos hijos. Tal vez por eso, y sólo por eso, cumple hoy una condena a cadena perpetua en el penal de Sierra Chica por un crimen que no cometió. En el texto que sigue sus familiares y amigos dan cuenta de una historia, verdadero calvario, pieza paradigmática de la injusticia.

El comisario Etcheverry

El 2 de agosto de 2002 es asesinado de 14 tiros el Crio. Jaime Abel Etcheverry en Lanús. En ese momento era responsable de la comisaría 4ta. de Lanús y al día siguiente iba a hacerse cargo de la comisaría 2da. del mismo partido. Etcheverry estaba investigando vínculos entre el narcotráfico y la bonaerense.Un día antes de su asesinato le había comentado a su mujer un mal presentimiento. Sentía que algo malo le iba a suceder.

Toto
Los dos vehículos implicados en el asesinato de Etcheverry aparecen quemados en el barrio San Antonio, Qulilmes. El barrio de Seba.
A Toto lo detienen tres horas después del homicidio en el barrio cuando se desplazaba en un ciclomotor en compañía de dos conocidos. En el procedimiento se secuestra un arma de uso civil no declarada. Como es común en éstos casos, el sospechoso no escapa a las generales de la "ley".
Toto vivió toda su vida en el mismo barrio. Su infancia y su adolescencia estuvieron signadas por la marginalidad. Con llegada de su primer hijo, decide emprender el camino del laburante aprendiendo el duro oficio del albañil. Las personas que lo acompañaban aquel nefasto día son amigos de toda la vida. Y en los barrios uno no se detiene a desconfiar de los amigos de siempre.
Al ser detenido, Toto es sometido a una rueda de reconocimiento de testigos. De los doce testigos que participaron de la ronda de reconocimiento, sólo dos lo sindican como responsable del asesinato y el posterior incendio de los vehículos. Un chico de once años y un ex policía vecino del barrio San Antonio.
Nueve horas después de la detención le "plantan" un gorro negro al ciclomotor detenido en la comisaría , que nunca se preservó en una bolsa para realizar las pericias de ADN. Ese sólo elemento fue más que suficiente para justificar el pase a prisión preventiva dictaminada por la Jueza Liliana C. Natiello.

Ajustes
Ese mismo día, por la noche, es interceptado el oficial José Senia, a cargo de la investigación del crimen del comisario Etcheverry, por un vehículo del cual bajan dos individuos y le disparan ocasionándole graves heridas que ponen en riesgo su vida. Este hecho también ocurre en Lanús.
El gobernador bonaerense, Felipe Solá, y el ministro provincial de Justicia y Seguridad, Juan Pablo Cafiero, no asistieron al sepelio y prefirieron concurrir velatorio, realizado Los medios rezaban "Hasta anoche, si bien seguían dos pistas, los investigadores no tenían ninguna evidencia sobre los asesinos de Etcheverry."
El 24 de septiembre del mismo año cae asesinado el comisario Di Giulio, titular de la seccional de Llavallol y amigo personal del comisario Etcheverry. Di Giulio muere al recibir siete impactos en la espalda al cubrir con su cuerpo el de Nancy Cantinela, viuda de Etcheverry, al sostener un enfrentamiento armado con un grupo de sujetos que presuntamente intentó asaltarlo, en la localidad de Luis Guillón, que intentó robar a la viuda de Etcheverry, el dinero que acababa de cobrar como indemnización por la muerte de su esposo. Di Giulio fue trasladado al hospital Sofía Santamarina, de Monte Grande, pero falleció casi al ingresar.
El comisario Giulio, de 43 años, se convirtió en el 37° efectivo de la policía bonaerense caídao en lo que va del año. Pero, además, es el tercer hombre de la fuerza atacado a tiros en una circunstancia directamente relacionada con el crimen de Etcheverry.
Uno de los implicados en el crimen de Di Giulio es "Chacho" Rastaneo.
Los casos de Etcheverry, y Di Giulio fueron casi calcados: ambos iban en sus autos particulares por calles del sur del conurbano y fueron atacados por sujetos que se movilizaban en dos vehículos.
Testigos vieron a los atacantes del comisario escapar en los dos vehículos. El robo quedó sólo en tentativa. Paradójicamente,

El calvario y la medalla

La preventiva a Toto le llega el 12 de septiembre de 2002. A los seis meses interviene la Dra. Mestrín como defensora. La misma da cuenta de las muchas "irregularidades" del caso y realiza una apelación a la medida cautelar que le otorga la libertad a Toto.

Dos años y medio después, el 1° de febrero de 2005, Toto es condenado a siete meses de prisión por resistencia a la autoridad y portación de un arma ilegal. Pero, la mano oscura que se maneja detrás de la justicia, ya había decidido por la suerte de Toto. Un allanamiento, llevado a cabo el 27 de diciembre de 2005, en su domicilio particular, lo convierte en el chivo expiatorio imperioso para cerrar la causa. El elemento condenatorio es un llavero propiedad del difunto Etcheverry.
Producto de la "sutileza" y el trabajo fino de la justicia en connivencia con ciertos jerarquías policiales y políticas Sebastián "Toto" leguizamón es condenado a cadena perpetua. Condena que cumple en el penal de Sierra Chica hasta el día en que la justicia sugiera rever otro caso de Justicia ligera.

Secreto a voces
El sur del Gran Buenos Aires es el escenario privilegiado del pacto espurio existente entre política y delito. Imperan allí nuevas formas de criminalidad, con participación policial en la fabricación y comercialización de droga. Por lo que, entorpecer la acción de la justicia, en una causa, en la que su deliberada dilación posibilitó la condena de Toto para favorecer a determinadas bandas de asesinos, secuestradores y narcos que asolan toda la zona sur del conurbano.
Luego de la detención dudosa de Sebastián, en lo que parecía ser un hecho de robo más, todo pareciera haber caído en saco roto.
Etcheverry investigaba el accionar de las bandas que habían convertido el sur de Buenos Aires en zona liberada. De estar organizadas en el secuestro y asesinato y del manejo y distribución de la droga en una parte importante de la región.
La región investigada es desde hace tiempo un paraíso de la distribución de drogas, que mezcla a punteros políticos con narcos en donde no se sabe quién es uno y quién es otro.
Por eso es tan común cierta metodología en el accionar de la Fuerza cuando es menester involucrar, como en este caso a los llamados "perejiles", que no son otra cosa que cortinas de humo para desviar la investigación y mantener el "espíritu de cuerpo" que brinda absoluta impunidad a los verdaderos delincuentes.

Familiares y Amigos de Toto

Fuente: http://www.agenciawalsh.org/aw/index.php?option=com_content&view=article&catid=72%3Apll&id=6651%3Afamilares-y-amigos-de-sebastian-leguizamon&Itemid=114

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