Desde el pasado 15 de febrero, Ramón Oliva llevó al máximo la protesta por su injusta detención en condiciones patéticas. A la huelga de hambre que decidió iniciar le sumó la costura de sus labios con lo cual no ingiere alimento alguno.
El ensañamiento con este compañero proviene, entre otras causas, del policía Pereyra, golpeador de mujeres, represor denunciado por Vacap, hombre que destina tanto entusiasmo al aplicar tormentos que se quiebra los dedos a sí mismo.
Por su parte, la impulsora de esta denuncia pública, nuestra compañera Mónica Sonzini de la Coordinadora Anticarcelaria, expresó: "Yo estuve en el juicio de Ramón y fui desalojada cuando lo interpelé al fiscal Márquez que es quien le da cuatro años por quebrarle el dedo al policía Pereyra, este policía fue el que me pegó brutalmente en el 2008 (Mónica es docente) en el patio del colegio por no entregarle los alumnos y me dejó como secuela una hernia a nivel gástrico. Este sujeto Pereyra es un policía con problemas mentales y violencia familiar, sin embargo los fiscales y el poder judicial como los altos funcionarios de la policía lo cubren en todas sus matufias".
Carta de Ramón Oliva
El siguiente texto desesperado fue enviado en 2010 al director de "El Diario"
Soy una persona común y corriente. Mi nombre es Roberto Ramón Oliva.Me dirijo a este diario para hacerle saber que estoy detenido injustamente y paso a contar lo sucedido.Aproximadamente un día domingo a la madrugada me encontraba durmiendo cuando escucho que me golpeaban la puerta trasera de mi casa.
Me levanto y pregunté quién era. Me contestan: ‘La Policía'. Automáticamente abrí la puerta para ver si era cierto.
Ahí no más le pegaron una patada a la puerta, sacándome afuera con mucha violencia a patadas, trompadas, culatazos, mientras los otros policías entraron a mi casa sin ninguna orden de allanamiento.
Me suben a un patrullero y me llevan al Hospital Pasteur porque un policía se había quebrado un dedo de tanto pegarme cuando fui detenido.
Con la ayuda de este diario, que es mi único medio para hacerme escuchar, quiero demostrar mi inocencia y la manera en que se maneja la Policía con un ciudadano.
Le cuento que me encuentro con problemas de salud. Tengo HIV y diabetes. Me estoy muriendo y no tengo atención médica.
Toda mi ropa me la robó la Policía. Me encuentro ‘re mal' y estoy solo. Necesito que me ayuden.
Estoy en huelga de hambre hasta que haya una solución y mi último recurso es coserme la boca. Si hay gente de Derechos Humanos necesito que vengan a verme y vean la situación en la que estoy.
Desde ya muchas gracias.
Será Justicia. Dios los bendiga."
Fuente: Vecinos Autoconvocados contra los Abusos Policiales (Vacap)
Nota publicada en: http://www.agenciawalsh.org/aw/index.php?option=com_content&view=article&id=6271:villa-maria-cordoba&catid=72:pll&Itemid=114
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