sábado, 17 de abril de 2010

24/3/10: mural colectivo frente a la Cárcel de B° San Martín

Por Vale Indymedia Córdoba
http://argentina.indymedia.org/news/2010/04/729339.php

Distintas organizaciones sociales, entre ellas la Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos Humanos de Córdoba y Convergencia en el Movimiento Popular Darío Santillán, realizaron el pasado 24 de marzo un mural colectivo frente a la cárcel de varones de barrio San Martín en repudio de las indignas condiciones en que miles de personas cumplen sus condenas dentro de las cárceles argentinas.

La jornada comenzó por la mañana frente a la Unidad Penitenciaria Nº 2, cárcel de varones de la ciudad de Córdoba. Las paredes elegidas confrontan con el ingreso al penal lo que permitió que familiares y demás visitas se enteraran de la actividad y pudieran compartir adentro lo que estaba pasando afuera. La finalidad de esta iniciativa fue denunciar la continuidad de políticas genocidas tanto dentro de todas las cárceles de mujeres, hombres y de jóvenes como así también el uso sistemático de esas prácticas represivas por distintas fuerzas de seguridad en la sociedad extramuros.

Al ser consultada al inicio de la intervención, Mayte, una compañera, relató: “Estamos por hacer un mural conmemorando el 24 de marzo contra la dictadura y contra las cárceles que siguen siendo los campos de concentración. Haciendo referencia a los campos de concentración que había en la dictadura, las cárceles son los campos de concentración de lxs capitalistas de ahora. Vamos a tratar de plasmar diferentes situaciones de encarcelamiento que tenemos en la sociedad: la cárcel por un lado y por otro lado, afuera con las detenciones de la CAP (Comando de Acción Preventiva de la policía provincial) y el amedrentamiento y abuso policial constante que tenemos y también la situación de las obreras y obreros en el trabajo como diferentes formas de esclavitud y encarcelamiento”.


ACERCA DE LAS CONDICIONES DE ENCIERRO DE LAS TRAVESTIS TANTO DENTRO DE LA CÁRCEL DE VARONES COMO EN LA SOCIEDAD EXTRAMUROS

Durante la jornada Mayte relata la situación de las compañeras travestis detenidas en esta cárcel de varones: “Empecé a venir a las visitas. Empecé a darme cuenta de la situación en la que estaban. Lo primero que me preocupó fue ayudarlas con la nutrición, levantarles un poco las defensas. Empezamos a hacer redes informales de gente; ir casa por casa, golpear las puertas. Denunciar que hay compañeras que están desnutridas, que están prácticamente vistiendo harapos adentro de la cárcel; totalmente flacas, demacradas, muy deprimidas, que habían sido torturas por el Servicio Penitenciario (SP). Reciben una tortura sistemática, viven en una celda de dos por dos, conviviendo con ratas, con cucarachas, con palomas, teniendo una delicadísima situación de salud.

Lo que hace el sistema penitenciario en estos casos, ya sabemos por casos anteriores, a las personas conviviendo con VIH las liberan… no las liberan en realidad, las trasladan a un hospital público cuando están por morirse, cuando están muy graves de salud para sacarse de encima la estadística. Pasan a ser parte de la estadística de muerte del hospital público y no del SP. Sabemos que ellas están condenadas a morir. Son condenas de muerte las que hay en la cárcel pero aun así seguían peleando y seguían plantándose con todas las fuerzas y toda la voluntad de seguir viviendo y resistir.

Formamos la red para primero entrar comida, elementos de higiene personal. Después ropa, maquillaje y bijuteri para levantar la autoestima. Después libros, información. Debatimos un montón adentro, leemos un montón de textos y trabajamos. Ahora están trabajando en sus testimonios. Acá adentro hay personas; hay personas que están siendo torturadas, hay personas que dejan sus derechos en la puerta de ingreso cuando son depositadas aquí. Más del 80% de la población está por atentar contra la propiedad privada por una cuestión de necesidad. Nos encontramos acá en la puerta para entregar paquetes con comida, con ropa para las presas y los presos, y nos encontramos con gente que pertenecemos a una clase de extrema pobreza, totalmente empobrecida, y lo único que nos da el sistema capitalista y lxs capitalistas como solución a nuestra pobreza, la única alternativa que nos deja es el robo y después encerrarnos para torturarnos y dejarnos morir adentro de las cárceles y en las comisarías. A nosotras nos llevan constantemente. Las travestis tenemos muchísimos problemas para el reconocimiento de nuestra identidad de género. No se nos reconoce como subjetividades femeninas. Construimos una apariencia femenina y nuestro documento tiene una identidad masculina.

En la calle misma también se nos dificulta poder transitar porque somos arrestadas por negativa a identificarnos. Nostras tenemos presentamos unos papeles que no se coinciden con la apariencia física que tenemos entonces con eso no pueden corroborar una identidad exacta por la foto y por la contradicción legal. Y tienen un artículo para dejarnos encerradas por ser quienes somos, por querer caminar libremente como cualquier persona.

Una de las cosas que debatimos con ellas es que si bien ellas la están pasando muy mal adentro, están siendo torturadas por el Servicio Penitenciario, que hay irresponsabilidades del Ministerio de Salud por las condiciones en que se encuentran; del Ministerio de Justicia que es el estado mismo, del Sistema Penitenciario, del Ministerio de Seguridad, pero nosotras afuera de la cárcel tampoco estamos libres. Estamos muy lejos todavía de la posibilidad de acceder a un trabajo. Yo no diría un trabajo digno porque sería acceder a que nos exploten y acceder a la cadena de explotación y que otra gente se enriquezca en base a nuestra explotación, nuestro sudor, pero pedimos eso antes que tener que prostituirnos a la fuerza. Muchas de nosotras somos despedidas de nuestras familias muy chicas. En mi caso desde los 13 años que estoy en situación de calle pero tenemos otras compañeras que desde los 7 o 9 años ya son expulsadas de sus familias por lo cual dejamos el estudio primario; muchas veces no accedemos al estudio secundario. Todo se va acumulando, va siendo un cúmulo de experiencia que nos impide después poder insertarnos al sistema laboral. Pero dada la fuertísima discriminación, por más que vos tengas los estudios terminados es imposible que alguien nos tome para trabajar en blanco o aunque sea en negro en la atención al público o en cualquier función. No hay travestis docentes. No hay travestis secretarias. No hay travestis que atiendan kioscos. No hay travestis peluqueras tampoco, que tengan peluquerías o que trabajen para grandes peluquerías. No hay travestis trabajando en blanco.

Yo estudio porque tengo la posibilidad de acceder a estudios universitarios y somos tres travestis estudiando en una población grandísima de estudiantes porque Córdoba se caracteriza por ser una ciudad que geográficamente está en el centro del país y tiene una Universidad que alberga a muchísima población estudiantil. Somos tres, nada más, las personas transgénero que estamos estudiando ahí adentro. También se nos niega la identidad en la educación formal. Tenemos un registro masculino cuando estudiamos. Lo mismo pasa con el sistema de salud. Cuando nostras nos vamos a atender nos llaman por Roberto, Carlos, Juan, Alberto. Nosotras no somos Juan, Carlos, Alberto. Pedimos que se nos llame por nuestros nombres, que se nos traten genéricamente por nuestro género femenino y tampoco tenemos esa posibilidad. Esto hace que sea excluyente, expulsivo el sistema de salud también por lo cual es el promedio de vida que tenemos de 30 años.

Muchas de las compañeras desarrollan fobias. También muchas están deprimidas. Nosotras ahora estamos viendo la posibilidad de empezar a trabajar con un grupo de travestis a raíz de todo esto que está pasando en la cárceles y de las redes de solidaridad que se fueron montando, me interesó trabajar primero hacernos cargo de lo que nos pasa a nosotras como travestis, que la situación no varía tanto adentro como afuera, que no tiene que ser más importante hagas lo que hagas para la ley porque la misma ley que las condena es la ley que nos niega nuestra identidad.

Para nosotras lo más importante tiene que ser la solidaridad. Cuando empezamos a trabajar esos lazos, la salud y el tema de generar cooperativas de trabajo por ahora lo vemos bastante lejos por las escasas posibilidades que tenemos acá en Córdoba. Tenemos la mayoría de las compañeras analfabetas, viven en la periferia, en casas de chapa, de cartón. Todos los años estamos despidiendo a compañeras travestis por el frío, por la tuberculosis, por la pulmonía. Las que son trasladadas por el Sistema Penitenciario para morir en los hospitales públicos mueren encadenadas. Cuando las encadenan para comer la encadenan boca abajo y les ponen un plato para comer y comen como perras por la boca. Las situaciones que estamos pasando no son menores. Es una violación sistemática a los derechos humanos, es tortura. Esto es abandono de persona, es ultraje continuo y nos pasa puntualmente por el hecho de ser travestis. Si bien la situación de los presos y las presas es parecida, a nosotras se nos complica un poco más. No tenemos ni siquiera voz adentro. Se nos corta el pelo a la fuerza cuando ingresamos para ser metidas a pabellones de varones, para responder a una identidad masculina que no tenemos. Y ahí empieza nuestra lucha que nos va llevando a ser torturadas, a los baños fríos en invierno, a las 3, 4 de la mañana ser baldeadas con baldes con agua mientras dormimos, lo que nos hace tener tuberculosis, pulmonía, lo que nos hace también morir en los hospitales.

Pero también tenemos compañeras que están viviendo en pensiones donde las manchas de humedad que tienen en las paredes son de los pozos negros. Es decir, eso es materia fecal que está impregnando sus pulmones y que las lleva también a tener pulmonía y tuberculosis.

La situación en la que estamos es de extrema pobreza y de extrema violación a los derechos humanos. También estamos indocumentadas. Cuando morimos por lo general vamos a parar a crematorios municipal donde se nos queman nuestros cuerpos NN. Como no tenemos una identidad reconocida, por lo general, la mayoría de nuestras compañeras queman los documentos, se desprenden de la documentación legal. No tenemos familia que nos reclame y las otras travestis no son familia directa. No hay forma de comprobar que somos familia directa ni nada entonces no se entregan los cuerpos. Somos incineradas en los crematorios municipales.

Esa es la situación que hoy nos hace venir a hacer esta especie de catarsis artística por un lado, porque nosotras como entorno que apoya una persona presa también somos castigadas por el sistema penitenciario. Acá para entrar nos tenemos que desnudar; entramos únicamente los días de varones para las visitas dado nuestro registro masculino. Tenemos que entrar y nos desnudan frente a de policías varones y nos hacen abrir el ano y nos palpan aún desnudan para poder ingresar. Después nos hacen vestir para que ingresemos. Hay días que no nos dejan entrar porque tenemos aros, porque no estamos vestidas de una forme acorde según ellos, hay días que no nos dejan entrar los paquetes tampoco. Por las mismas razones no nos dejan entrar determinadas ropas adentro y a veces nos hacen volver con las bolsas llenas: ‘No, esto no lo pueden entrar. Tienen que volver otro día’. Y todo ese castigo me parece que es claro. Para ellos, para la lógica del sistema penitenciario, quien apoya a una persona detenida es cómplice del crimen o de la persona criminal. Y nosotras decimos que en realidad lo que nos mueve es la solidaridad con personas que están en una situación infrahumana padeciendo las mil y un cosas.

Entonces, es por eso que hoy vengo a participar de un mural que promovimos con la Coordinadora Antirrepresiva el 24 de marzo en conmemoración del último golpe de estado a plantear que la tortura, el secuestro, la desaparición y los campos de concentración no han desaparecido; en la democracia se mantienen intactos, y que toda presa y todo preso es política y político porque todas estamos siendo, por unas políticas de hambre y políticas capitalistas, es que nos hacen primero empobrecernos y después nos dejan la alternativa del robo, la prostitución y ante la prostitución muchas decidimos robar y después nos castigan y nos dejan la cárcel para el resto de nuestras vidas. Hay compañeras y compañeros que pasaron más tiempo presas que en libertad. Salen y vuelven a entrar. Salen y vuelven a entrar. Es un círculo que no se acaba nunca. El mismo sistema de la propiedad privada que las lleva adentro, el mismo sistema que infringen, a ese mismo sistema son devueltas cuando salen en libertad y qué van a hacer, qué ha cambiado. Nada. Se han comido 17 años de tortura, de enfermedad y de padecimiento pero de ahí en más no ha cambiado nada. No hay ninguna posibilidad.

La persona que sale, encima presa, sale y tiene mucho menos posibilidades de ingresar a cualquier lado por los antecedentes que tiene. El hecho de ser una persona ex presa hace que rebotes de cualquier trabajo, que se te corten un montón de posibilidades de contención afuera. Básicamente te agravan la situación psicológica, física, te aíslan de tu entorno. Tantos años adentro que hay compañeras que ni siquiera saben manejar internet. No se han enterado que hay ciber en las calles donde vos vas, pagás una moneda y te sentás. Salen totalmente embrutecidas. Mucho más empobrecidas y embrutecidas de lo que han entrado. Es un sistema de aniquilamiento básicamente. Es un sistema de aniquilamiento por eso estamos acá en la puerta de la cárcel haciendo el mural.

Yo creo igual que las compañeras que están acá dentro del penal de San Martín van a salir dentro de poco y aparte las estamos esperando para hacer unos talleres de radio para tener un programa en la radio comunitaria de Indymedia. Estamos en un sistema de aniquilamiento y de muerte pero se puede agrietar y la solidaridad va a hacer que se agriete. Nuestra solidaridad va a ser el puente que nos va a hacer cruzar por encima de la muerte y del aniquilamiento. Eso es lo que nos moviliza a estar acá me parece, que por suerte no han podido todavía robotizarnos y nos sentimos humanas y sentimos cosas que nos atraviesan el cuerpo. Nuestra experiencia es fuerte, la otra también. A ver cómo nos unimos y cómo salimos de esta juntas. Yo creo que en eso todavía no han podido cortar.


ENTREVISTA A UNA MUJER QUE SALÍA DE LA VISITA A UN FAMILIAR DETENIDO EN LA CÁRCEL DE SAN MARTÍN

-Buenas tardes Mercedes. Nos llamó la atención que se había detenido y sentado a ver el mural. Queríamos preguntarle qué le parecía.

-Mucho gusto. Me parece muy bien lo que están haciendo porque es como una señal que está a favor del pobre, contra la injusticia que hay hoy en día con los chicos jóvenes más que nada. Es tal el atropello que tiene la policía contra los chicos de la calle o con cualquier individuo así sea persona mala o buena, la policía tiene mucho atropello con la juventud sobre todo. Es como que el pobre no tiene ya como antes derechos humanos. Lo digo porque yo sufrí en carne propia con un familiar que fueron atropellados por la policía. Hasta el día de hoy figuran con antecedentes como un delincuente cuando nunca lo fueron. Y ante el pobre la ley eso no valoriza, o no abre los ojos a favor del pobre. Siempre el rico tiene todo a su favor pero el pobre siempre la tiene que pagar adentro de una cárcel. Tienen razón ustedes en querer hacer eso porque lo favorece mucho a tantos chicos que están adentro 5 o 6 años con una causa que no hicieron.

-¿Qué opina de los derechos humanos hoy dentro de las cárceles?

-Que no le llevan el juicio a los detenidos porque si hoy en día tienen un problema de salud tienen que rogarles para que le lleven el apunte. Si es por el cambio de un documento tienen que rogarles para que le hagan un trámite. Sin ir más lejos, yo conozco un caso de un chico que está acá adentro que la misma asistente social nos llamó para que le hiciéramos la denuncia del trámite del documento cuando la asistente social tiene la obligación de hacer los trámites a ese chico acá adentro y nos mandaba a nosotros que le hiciéramos la denuncia como que había perdido los documentos cuando no podemos pasar por encima de ella. Para eso está el servicio social de la cárcel acá adentro, para los trámites.

-¿Y en relación a los tratos crueles, inhumanos y degradantes que están prohibidos por la ley?

-Son maltratados. Son maltratados. Son maltratados. Y le vuelvo a decir para el pobre no hay justicia. No veo dónde están los derechos humanos en la cárcel porque se cansan de mandar notas, hablan… No hace mucho hubo un caso acá en la cárcel que salió en por la tele y veo que no hay justicia por el pobre. Entonces, ¿a dónde están los derechos humanos? Porque es así. Ponen a veces antecedentes que no tienen pruebas y lo mismo pasan dos, tres años y no se comprueban y sin embargo ellos cumplieron condena. Y son varios chicos en el barrio.
Entonces digo yo dónde están los derechos humanos hoy en día para el pobre, porque el rico, bueno, tiene plata, le paga a un abogado y ya está. Sale bajo fianza a veces. ¿Y el pobre? Tiene que comerse una condena de 8, 10 años. Sin ir más lejos, anoche estuve en la escuela porque voy a la escuela de adultos, y una mamá, una chica joven de una villa, venía llorando de la escuela porque tiene un niño de 8, años. Son gente de escasos recursos. Trabajan con carros. Entonces no tienen para darle merienda al niño y le había sacado a un compañerito un jugo. El director delante de nosotros le dijo que le iba a echar el chico de la escuela. ¿Por qué? Porque le había robado un jugo al chico. ¿Es una causa para que lo eche al chico de la escuela, lo deje sin banco? No, ¿no es cierto? Si los grandes cometemos errores qué puede ser de los niños. Dale una oportunidad más para que el día de mañana ese chico se corrija y sea algo más o recapacite y lo vuelva a hacer pero no echarlo de la escuela. Eso es discriminarlo. Y así hay casos que yo los vivo en la plena sociedad de hoy. No hay justicia. Es como que el pobre es pobre y porque es una pobre gente que no tiene un sueldo, no tiene un trabajo, no depende de una familia que tiene, vamos a decirlo así, lo discriminan.

-¿Y el gobierno?

-Y el gobierno… Le digo, porque yo he criado los chicos de aquí para allá. Le soy honesta. Soy mala sola yo. Que pidiendo acá, que abriendo taxis, comiendo en los comedores de chicos de la calle, ¿y el gobierno dónde está? En esos casos no tenemos trabajo. Te digo recibida de la Gabriela Mistral y ni aún así consigo trabajo. Te digo, yo soy como el pobre; estoy a favor del pobre. Si tengo que trabajar en casa de familia, trabajo. Y eso los gobiernos no lo ven. Piensan en ellos no más, en el poder. Y así se vive en este país, un país que es productivo y no lo podés aprovechar. Lamentablemente es así.

Tengo dos hijos adolescentes. Hay uno que tiene 19 años que porque es menor, porque no tiene la secundaria completa, no consigue trabajo. Tengo una hija de 18 años que todavía no terminó la secundaria; está yendo a la escuela y, también, porque es menor, porque no tiene referencias porque nunca trabajó, porque no tiene estudios completos no la toman en las empresas de trabajo. Y así la tenemos que pelear a la vida de una u otra forma. Arañando acá, arañando allá para poder sobrevivir mientras los ricos se llenan los bolsillos y la ley que te machaca por el otro lado. El chico que cometió un error allá va 5, 6 años, 10 años preso ¿y los ricos? Pagan un abogado, salen afuera y viva la pepa. Y así es como se vive hoy en Argentina. Sabrá Dios hasta cuando seguirá tanta injusticia. Te soy honesta en decir la verdad.


1976 - 24 DE MARZO - 2010: LA TORTURA, EL SECUESTRO Y LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN CONTINÚAN

Al avanzar la tarde los muros habían tomado color pero también sabían a amargo. Rodolfo Walsh supo decir alguna vez, antes de ser asesinado y desaparecido por los genocidas de la última dictadura militar, que las paredes son las imprentas de los pueblos. Sin embargo, no alcanzarían los muros de todas las cárceles argentinas para denunciar las interminables y sistemáticas violaciones a los derechos humanos que allí dentro cometen lxs agentes y autoridades penitenciarixs, el personal médico, educativo, abogadxs, jueces y legisladorxs. “Cárceles = campo de concentración” parece ser la frase que resume el padecimiento que miles de presas y presos soportan de esas maquinarias de dolor, vejaciones, tortura, abandono de persona, tratos crueles, inhumanos y degradantes que son todas las cárceles del mundo.

-¿Qué balance se hace de la jornada?

-Adriana: Bueno, el mural ustedes lo pueden apreciar con sus propios ojos. Es una verdadera obra de arte. Está muy bueno. Yo creo que la actividad de hoy nunca ha habido una actividad en el penal de San Martín por los presos que están en este momento adentro con tanta gente, con tanta actividad, con tanta movida. La verdad es que estuvo muy bueno.

-Marcela: me parece que el mensaje está bastante claro y fácil de entender lo que se quería expresar con el mural y ojalá que cumpla su función de poder leerlo, poder reflexionar sobre lo que dice: ‘Hoy como ayer la represión sigue. Adentro como afuera ¿quién es libre? y después que nos haga pensar en las propuestas de cómo continuar la lucha después de 34 años. Hoy, justo que es 24 de marzo. Me parece que estuvo muy bueno que estuviéramos desde la mañana pintando y que toda la jornada del 24 sea un día de lucha.

-Mayte: Esta es una de las actividades de una jornada de lucha que ahora va a continuar desde Colón y Cañada con la marcha hasta la comisaría 10°. Acá en la puerta de la cárcel y ahora en la puerta de una comisaría también denunciando los abusos policiales y la tortura dentro de las comisarías como lo estamos haciendo ahora dentro de las cárceles. La vigencia de la tortura, de los campos de concentración y la desaparición forzada de personas. El capitalismo nos empobrece y después nos encierra, nos castiga, nos da muerte y nos tortura en estos lugares. Lo mismo vamos a denunciar en la comisaría planteando que ayer como hoy el aparato represivo está intacto. Vamos a reclamar la desaparición de Julio López, de Luciano Arrúa, aparición con vida. El gobierno de Kirchner ha aplicado la Ley Antiterrorista. Hoy más que nunca estamos en pie de lucha y vamos a marchar planteando la vigencia del aparato represivo y de las medidas represivas de los capitalistas.

-Adriana: Aparte porque creemos que los presos de hoy son los desaparecidos de hoy; los que el estado de alguna manera esconde aquellos mismos que crea. El estado crea los pobres y a muchos de ellos no solo los margina sino los desecha; estos que no tienen ni siquiera el privilegio de ser explotados son directamente desechados. Están aquí. Todos aquí en este tacho de basura como algunos llaman. Ellos son los desaparecidos de hoy. Los que no tienen voz. Hay muy poca gente del otro lado del muro que se interese en hacer conocer esto, en hacer ver bien qué es lo que sucede y quiénes están adentro.

Y así terminó la jornada, con una nueva denuncia a estos campos de concentración actuales que son las cárceles del estado argentino.

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