jueves, 7 de abril de 2011

“Lo que se vio en los videos de torturados en Mendoza pasa a diario en cualquier cárcel del Servicio Penitenciario Federal"

Andrea Casamento, integrante de la Asociación de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales, en diálogo con Radio La Cantora habló del terrible padecimiento al que están sometidos los presos en las cárceles Federales. Dijo que lo que se vio en los videos de torturas de penitenciarios hacia detenidos en Mendoza ocurre en cualquier cárcel del SPF y que no es un hecho aislado. Sobre la situación de Marcos Paz en particular comparó la forma de vida de los represores con la de los “presos comunes”: “Para los presos comunes están las requisas a las tres de la mañana, los sacan a los golpes, a los cachetazos”, denunció.

R.L.C 07|04|2011

En las cárceles federales los presos no tienen ni qué comer

Anónimo
En este momento tenemos a un compañero de La Cantora trasladado de cárceles provinciales a Marcos Paz y ciertamente la está pasando muy mal. Ya llevamos en el lapso de cuatro semanas tres habeas corpus con resoluciones judiciales y el Servicio Penitenciario Federal no acata la orden judicial. Por este motivo, creíamos conveniente mantener un diálogo con vos que conocés perfectamente cuál es el mecanismo de las cárceles federales.
Es así. A la larga quizás en algún momento terminan acatando. Pero lo cierto es que se tarda mucho para que se cumpla con la orden judicial. Nosotros estamos ya tan acostumbrados a que esto sea así. Hay órdenes de permanencia que nadie cumple, órdenes de traslado que nadie cumple y la impunidad sigue porque los jueces, los defensores son funcionales a este sistema.


¿Qué lectura hacés vos de las cárceles generales en general?


Lo primero que te puedo contar es que lo que vimos el otro día sobre los videos de los chicos estos torturados en Mendoza es diario en cualquier cárcel del Servicio Penitenciario Federal. Primero, la bienvenida. No hay ningún preso que entre a la cárcel y que no le peguen. Y esto es así; que después no salgan a decir que es un hecho aislado porque es común que esto pase. Lo segundo que pasa es que cada vez que entra la requisa también siempre a los palos, a las palizas y a los golpes. Otra cosa que pasa es que a los presos federales si nosotros no le llevamos la comida, no comen. Salvo en Devoto que los presos se pueden cocinar, tanto en el Complejo de Marcos Paz como en el de Ezeiza no hay cocina; no se les puede dar algo crudo para que ellos se cocinen. Entonces, se supone que les deben llevar la comida. Pero no hay manera. No les dan de comer. Entonces, nosotros les llevamos algunas cosas, lo poco que nos permiten entrar y a eso ellos lo van y lo suman al rancho. Pero no comen.


Esa era una de las denuncias que hacía Sampietro en el juzgado. Cuando se hace la audiencia de rigor con los habeas corpus, uno de los problemas es que en las cárceles federales no hay comida.


Hay una cocina central que ahora creo que está funcionando porque estuvo clausurada por bromatología por no sé qué razón, pero la verdad es que la comida nunca llega. Ahora cuando vos entrás a las cárceles federales, a la hora del almuerzo hay olor a comida porque los penitenciarios sí se cocinan y comen.


La otra denuncia que tenemos concretamente además de malos tratos y falta de comida es el robo por parte del personal penitenciario de lo que los familiares pueden acercarles.


Sí. Primero, cuando la requisa se lleva lo que quiere y, además, muchas veces se abusan cuando son familiares nuevos, gente que recién llega y de lo que está permitido entrar les dicen: “estas galletitas no. Diez paquetes de cigarrillos, no; podés pasar dos y el resto me los quedo”. Y como la gente es nueva -y no sabe que puede denunciar esto o tiene medio que se tomen represalias con el familiar que está adentro- se calla la boca. Así, impunemente, a los ojos de los familiares. Y la otra es cuando entran a la requisa. En todas las requisas que entran a los pabellones se llevan mucha ropa. Comida no se llevan porque no tienen qué llevarse.


Te hago una pregunta más concreta respecto a Marcos Paz. Allí están los grandes represores de la Argentina.


En realidad nosotros, si bien somos una asociación de familiares de detenidos, nos hemos cuestionado muchas cosas y tenemos nuestras reservas. Hemos llegado a entender que en realidad los represores tienen sus defensores particulares y demás y no los asistimos a ellos. Pero sabemos que en el pabellón de ex fuerzas esto no ocurre. Ellos comen, los dejan pasar cualquier comida a los familiares, tienen sábanas limpias, en las requisas no les pegan, esas cosas no pasan en los pabellones de ex fuerzas. Lo que pasa es que lo sabemos por dichos, pero no hay ningún compañero nuestro obviamente esté ahí, como para ser testigo de esto.


Teníamos como dato que, además, estarían como entrenando a los penitenciarios. Se habla de que Etchecolatz da clases a los penitenciarios. Yo sospecho que debe dar clases de tortura. Que vos sepas ¿ese sector no tiene ningún control? Nadie puede saber qué tipos de pabellones vip tienen o como se diferencia ese pabellón del horro que viven el resto de los detenidos.


No, porque como no viven con el resto y nosotras no tenemos ni ningún familiar ni ningún marido ni nadie que pueda contar qué es lo que está pasando ahí, sabemos lo que se dice. Pero lo cierto es que viven muy cómodamente.


Y la otra mitad, vive el horror...


La otra mitad es un preso común que vive lo que vive el preso común: las requisas a las tres de la mañana y los despiertan a los golpes, a los cachetazos; los desnudan a todos y los hacen ir corriendo hasta el fondo y el último que llega va a comerse una cagada a palos y va a quedar morado, les van a mezclar la yerba con el jabón en polvo, les van a poner sanciones arbitrarias, van a ir a trabajar cuando ellos quieran sacarte a trabajar, vas a ir a la escuela cuando ellos quieran sacarte para ir a la escuela.


Muy similar a lo que ocurre en provincia de Buenos Aires y en la mayoría de las cárceles del país.


Sí, nosotros somos familiares de presos de cárceles federales nada más que por una cuestión práctica porque cuando arrancamos éramos todos familiares de presos de cárceles federales. Y seguimos organizándonos así porque era como que nos superaba. Pero en realidad padecemos todos lo mismo y a alguien que está preso en Batán le pasa igual.


Andrea, contános un poco cómo trabajan ustedes, cómo se organizan, qué tipos de acciones realizan para revertir esta situación tan horrorosa...


Primero, nosotras tenemos el teléfono de varias de nuestras compañeras que está funcionando siempre las 24 horas. O sea, cualquier preso o cualquier familiar por el motivo que sea nos puede llamar siempre. Si alguien nos dice que fue golpeado o que fue torturado avisamos; en el caso de que sea un preso federal a la Procuración Penitenciaria de la Nación. Si es en el caso de la Provinca de Buenos Aires al Comité contra la Tortura. Tratamos de ver si su defensor sabe, si puso en aviso a su defensor, vamos al juzgado, a veces les pedimos un habeas corpus y los acompañamos con esta presentación. También les decimos que estamos los días martes en Chacarita y los días miércoles en la villa Carlos Gardel. Tratamos de que se acerque un familiar para ir acompañándolo todo el tiempo que debe transitar con su familiar preso.


Y en el caso de que ya se haya contactado a la Procuración Penitenciaria, que se haya contactado a los defensores, que se hayan presentado tres habeas corpus con resolución judicial a favor del detenido que es lo que se ha logrado con el compañero Sampietro, ¿Qué otras acciones realizan ustedes?


Lo que hacemos es tratar de hablar con diputados. Ahora estamos impulsando una reforma de ley penitenciaria, salimos a decirlo a los medios y hacemos lo que podemos. Pero nunca alcanza. Siempre llegamos tarde porque nunca podemos prevenir. Lo avisamos pero no nos dan bola. De última, cuando llega a algún medio es para contar los moretones. Pero nunca llegan antes.


Y, además, si siguen encarcelando en masa nuestras manos y nuestros pies no van a dar a basto nunca.


Uno con el uno a uno y con lo diario a veces siente que algo está haciendo y debe hacerlo porque el otro necesita esa pequeña ayuda que uno le pueda brindar. Pero lo cierto es que hay que ocuparse del fondo porque sino esto no termina más. No es nuestra función, es el Estado quien debe hacerlo. Nosotros estamos para reclamarle al Estado que cumpla con su deber.

Fuente: http://www.lacantora.org.ar/nota.php?idnota=1036#top

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